El sínodo , para los que no tenemos voz en la iglesia, era una ventana abierta a la esperanza y llena de ilusión, pero se está quedando en una continua decepción.
Las mujeres, en palabras del Papá Francisco, somos muy importantes, pero no quiere que seamos en un futuro como hombres.
Creo que eso no es así, sino que queremos optar a poder llevar nuestra vocación adelante, vivir y dar, poder impartir los sacramentos, compartiendo con el pueblo de Dios la palabra de Jesú
Resulta muy lamentable que la iglesia, se haya convertido en un modo imperativo sujeto a normas y cánones que en lugar de acoger, ser misericordiosa y madre, nos deje a las mujeres fuera.
Estás decisiones lamentables, van por un camino equivocado y que resulta muy doloroso para las personas que queremos entregar nuestra vida al servicio de todos/as.
Por todas partes, se está pidiendo apertura, pero, no es innegable que para evitar molestas respuestas, se han excluido a las teólogas alemanas de esta reunión.
Ya no entramos todos , no?.
Dicen que se está haciendo camino, un camino que no se ve, así que no me sirve esa declaración.
El Papa, está dando cargos de responsabilidad a dedo y es triste y preocupante, porque de sacralidad, nada de nada .
Jesús, rompió todos los tabúes en una época en que las mujeres no éramos nada, y él ignorando la situación de inferioridad de las mujeres, hizo caso omiso de cuántas prohibiciones giraban en torno a ellas y las asoció a la vida pública.
Los mandatarios del Vaticano se echan a la torera el derecho de lo que hizo porque seguimos siendo inferiores además del miedo que les producimos.
Para Jesús, nuestro sexo femenino aparece como símbolo de cuanto debe ser rescatado a su libertad original, el de la nueva forma de vida que predicaba y en la que no debía haber distinción entre mujeres y hombres, revolucionando el antiguo concepto de poder centrado en el mundo masculino.
En todo el evangelio, no hay nada que le pida una mujer y el se lo niegue.
Porqué nuestra iglesia lo hace?.
No encuentro en esta forma de dirigirla el camino de la fé, sino que solo veo negación y dictadura.
Es muy doloroso, pero seguiremos trabajando sin cansarnos , por llegar a obtener las órdenes sagradas y porque todos, absolutamente todos, podamos de verdad entrar en la iglesia, seamos de la condicion que seamos .
No más discriminación, ni dolor, si a la apertura y a vivir hondamente el amor, que fue lo que Jesús nos pidió.
La nave de Pedro, se está hundiendo y eso causa mucho, dolor.
Ofrezcamos la forma de vida que Jesús nos dejó y no el imperio que se creó.