Cuaresma

 Comenzamos el tiempo de cuaresma con el miércoles de ceniza. 

La vida, es un continuo caminar hacia la felicidad pero el camino, es duro, requiere esfuerzo y trabajo.

La cuaresma, es un tiempo de conversión, es decir, de encontrarnos con Jesús, dejarnos impregnar por El y creer en El, es aceptar que El es el sentido pleno y la salvación. Creer es confiar definitivamente en El y ahora que entramos en un tiempo de conversión, aceptemos con alegría que Jesús es la salvación de nuestra vida y nuestra historia. Debemos hacer la experiencia del Dios de Jesús que supone una confianza total de bondad y sentido de la vida.

Cristo, murió en la cruz, por enfrentarse a los poderes establecidos, para El, no había lugares , ni horas, ni ornamentos, ni libros, ni vasos, ni tiempos sagrados, para Él  que fue un hombre profundamente creyente, vemos una continua entrega al ser humano, al pobre, al paralítico, al ciego, a la mujer , vivió en referencia continua en Dios.

No podemos parar nuestra vida en el Viernes Santo, la cruz fue un instrumento de tortura, aplicado a criminales y malhechores , pero nuestro camino es hacia la vida, porque la resurrección es luz y la luz debe iluminar cada uno de nuestros días.

    No se trata de hacer sacrificios  o hacer esfuerzos , o cambiar una u otra cosa porque ese tipo de posturas rigoristas, que creemos que con ellas se agrada a Dios, conducen al fracaso. No es lo mismo creer y fiarse de Jesús que cumplir con la religión.  El cristianismo es servicio y entrega, y puede que tengamos que dejar de lado ciertas formas de comportamientos, costumbres y hábitos.

    Que Jesús sea el agua que apacigüe nuestra sed, que sea la luz que nos ilumina, que sea el horizonte de nuestra vida. Yo soy la resurrección y la vida, por eso, el final es la vida.