lunes, 15 de julio de 2024

Servicio al Evangelio o al poder personal?

Esos últimos tiempos estamos viviendo un acoso por parte de personas que añoran el poder, que difaman y dilapidan el trabajo profético de la lucha del sacerdocio femenino. No hay nada peor que hablar a espaldas de alguien sin poder defenderse y actuar a escondidas como lo hizo Judas con Jesús :le vendió por treinta monedas de plata entregandole a la muerte y una muerte tortuosa propia de un malhechor. Hoy hay una gran neurosis de posesión. vivimos en un modelo de sociedad que empobrece a las personas y solo así corren el riesgo de incapacitarse para el amor, el servicio. La grandeza se mide por la capacidad de ayudar y ser solidario. la mentira se acepta como algo necesario. yo no estoy disponible para verme obligada a vivir en una densa niebla de mentira y falsedad, falacias, engaños y embustes por parte de estas personas trepas que están tardando de quitar prestigio a el trabajo de quince años de entrega a una causa loable y verdadera: yo he venido para ser testigo de la verdad, todo el que es de la verdad escucha mi voz solo la verdad nos hará libres, eso dijo Jesús. Estas personas que está haciendo un daño irreparable a ellas mismas y de paso a los demás, condenan de forma farisea sin ser capaces de resolver los problemas sin violencia. Eso, no es ser ni persona, ni cristiana. Eso es ser falsa y la falsedad es inaceptable.

viernes, 5 de julio de 2024

Manos vacías


 Soy mujer y me siento muy contenta de serlo, aunque en algunos aspectos me siento discriminada, hasta el extremo de sentir la llamada al sacerdocio y mi iglesia ni me lo permite.

Ser presbitera, implica poder anunciar el Evangelio, celebrar los sacramentos, ayudar y trabajar en pos de los más necesitados no solo en el plano material, sino también en el espiritual. No importa la confesión a la que se pertenezca, porque lo que realmente importa e implica es seguir las enseñanzas de Jesús. 

Las puertas están cerradas para mi por ser hembra, porque la iglesia se agarra a que Jesús fue hombre y sus apóstoles, fueron varones.

Cuando me presento en oración, me encuentro con las manos vacías, porque no puedo actuar con libertad, tengo que trabajar a escondidas, como si estuviera realizando algo malo e ilegal. Se que podría hacer mucho más pero la gente siente miedo y el miedo es doloroso y sangrante. 

Señor, simplemente te pido, que ayudes a buscar el camino a esas personas que dirigen la iglesia y que mandan cerrar las puertas a las mujeres, hechas también a tú imagen y semejanza, bautizadas en la fe de tus mandatos, en poder llevar la forma de vida que nos enseñaste.

Ayúdanos a llenar nuestras manos con todo lo que tú nos pides.


Desigualdad de las mujeres yendo hacia la pascua.

 La Iglesia Católica y la Exclusión Femenina: Un Obstáculo para la Pascua de Resurrección La Iglesia Católica, con su rica historia y profun...